Circulando en dirección contraria nuevamente, más vivos que nunca, Lendakaris Muertos vuelven a pisar con fuerza el acelerador por las pistas de Crucificados por el antisistema, su nuevo CD, y lo hacen como en ellos es habitual: viento en popa a todo punk, bombeando frenéticos ritmos con determinación. Bombardeando frenéticos himnos o anti himnos de genuino e irónico regusto. Dejando claro que a la hora de componer canciones como las diecisiete que integran este disco, la cosa sigue consistiendo en creérselo, tener actitud para ello… y aptitud, para escribir letras zahirientes. O hirientes directamente; a la hora de parir canciones rápidas, certeras y con gracia. Composiciones llamadas a transgredir, provocar y transmitir, en este orden. Y las de Lendakaris Muertos, los Dead Kennedys navarros, lo hacen: temas como ‘Simpatía por el de Bildu’, ‘Una de rumanos’, ‘Punk de molde’. ‘Tele techo o Propofol’ o ‘La hoz y el martini’. ¿Más ejemplos? Los brindados por ‘A la calle’, ‘Estamos en esto por las drogas’, ‘Cómeme la franja de Gaza, ‘Que tiren la bomba’, ‘Síndrome de download’, ‘Pendientes de perla’, ‘Envidia cocina’, ‘Amor, discos y a patadas’, ‘Satán (pasao de rosca III)’, ‘Ni sí ni no ni todo lo contrario’, ‘Derrochas agua’ y Mucha presión’.
Crucificados por el antisistema, cuarto CD de estudio de Lendakaris Muertos, trae diecisiete salivazos sonoros articulados sobre un punk sencillo y efectivo. Concebido a la vieja usanza, al modo del punk de siempre, sin ornamentos ni artificios extraños de por medio: haciendo buena la máxima de al punk, punk, diecisiete disparos con cerbatana que, sostenidos sobre afortunados estribillos y generosas dosis de chispa con la marca de la casa, buscan y encuentran siempre la complicidad. Crucificados por el antisistema, disco con el que Lendakaris vuelven a enchufarse tras haber metido los dedos en enchufes –poco menos-, a la vista de los vertiginosos calambrazos entregados: un trabajo con el que el cuarteto vuelve a demostrar no solo capacidad para reírse de un cuadro, sino de pinacotecas enteras. De cuantos museos les pongan por delante.
Tras llegar, ver y venderse –tal y como proclamaron en su tercer CD-, Lendakaris Muertos, directos a los güevos; disparando en todas direcciones, dan un nuevo paso a la hora de proseguir desarrollando su exitosa fórmula, vendiéndose definitivamente con Crucificados por el antisistema: por los antisistema –seguramente-, quienes los crucificarán de nuevo; así pues, ya están aquí los de Pamplona, dando en el clavo y haciendo amigos como siempre, por sistema. Y lo más importante, enemigos, habida cuenta de su importancia: “puede que nunca tenga un colega que necesite de mí, pero me bastan mis enemigos, por ellos puedo vivir”, como cantara La Polla a finales de los ochenta. Lendakaris, irreverencia, desvergüenza y provocación. La fórmula se mantiene, la gamberrada continúa. Tras cuatro años alejados de los estudios de grabación, tiempo equivalente a una legislatura, los presidentes por excelencia del punk en español retomando su carrera con un CD electrizante. Lendakaris Muertos, auténticos depositarios del imperecedero espíritu de grandes como Tijuana in Blue, con pelos en los huevos, más que en la lengua: la vieja guardia punkie puede respirar tranquila, está en buenas manos la antorcha.
J. ÓSCAR BEORLEGUI