Quien en 2016 ya conozca a Radiocrimen sabrá que va a encontrar en este 3er grado un deleite sin fraude, una banda que se mantiene fiel habiendo sustituido con maestría el concepto de evolución por el de superación. Y es que cuando los integrantes de una banda tienen su camino recorrido, saben muy bien a dónde quieren llegar y dónde vale la pena quedarse.
Los rara avis que reciban por primera vez a la banda con éste, su tercer disco, darán gracias por el hallazgo de un punk rock que destila la esencia de sus grandes épocas impulsada por el vigor de un grupo de apenas 3 años de existencia.
Matizar en este disco una favorita o canción estrella tendría una mezcla de imposible e injusto; cada una de ellas goza de personalidad propia y un mensaje preciso, y cada cual encontrará entre estos 14 temas su nuevo himno personal, si es que se es capaz de elegir. Si acaso podrían diferenciarse (sin esto significar que sea un disco lineal) Ahógate en el W.C., al ser una versión de La Broma de Ssatán, Action T4, por su sorprendente aroma heavy, y Segurtasuna (seguridad), el acelerado bonus track cantado en euskera. Son ese tipo de canciones que uno memoriza sin esfuerzo para después, ya sea en sucesivas escuchas o en uno de sus titánicos directos, convertirlas en adrenalina pura descargando la rabia que provocan el amor, los vicios, la locura, las ansiedades, las prisiones, la violencia o las opresiones. A diferencia de la costumbre general, dejan en su mayor parte las canciones temáticas para hacer de estos temas un todo coexistente trasladando la definición política de 3er grado o, lo que es lo mismo, régimen penitenciario de semilibertad, a la vida corriente. Radiocrimen mantiene la melodía que les caracteriza, pero esta vez añaden una dosis extra de mala hostia, tanto en su parte instrumental, que cuenta por primera vez con Asier Suicida a la batería, como en las voces de Txarly y Luis, que vuelven a enfrentarse en algunos puntos del disco con su expresiva diferenciación.
Alguien dijo una vez que la música sirve para no sentirnos solos, y los coros de este 3er grado, presentes por doquier, llevan esa teoría a su máxima exposición. Tampoco ellos han estado solos en la grabación; a lo largo del disco podemos encontrarnos a Placi de Segismundo Toxicómano, Manolo UVI, Ixma de La Broma de Ssatán, Gartxot y Xabi de The Guilty Brigade y Javi San Martín. En esta ocasión nos encontramos con unos colaboradores que, lejos de ser un añadido al disco, forman parte de él apareciendo aquí y allá como creadores libres de su propia parte.
Para la grabación, mezcla y masterización han vuelto a los Estudios Sonido XXI bajo el mando de Javi San Martín y la imagen del disco ha corrido a cargo de Lucía de Andrés.