Shica & Gutman no es el título de una nueva serie de detectives. Es el nombre de un nuevo proyecto, fruto de la exótica y bella unión entre Elsa Rovayo, La Shica (Ceuta, 1976) y Didi Gutman (Buenos Aires, 1968).

Por un lado, La Shica, cantante y bailarina criada en el mestizaje del flamenco, rock, funk, rap… Ganadora de dos Premios de la Música y conocida por desarrollar un lenguaje atípico a la hora de subirse al escenario. 

Por otro lado, Didi Gutman músico, tecladista, compositor y productor argentino, ganador de varios Grammies y conocido por sus incursiones en los géneros de la electrónica y el pop, se ha destacado internacionalmente como integrante del grupo Brazilian Girls, Meteoros y Masa.

La Shica aporta raíces. Didi Gutman contribuye con beats y sonidos. Ambos se amalgaman en una mezcla que sin duda dará mucho de qué hablar.

La Shica y Didi se conocían desde hace unos años, coincidían en el Café Berlín, cuando La Shica abría las noches de los jueves con sus Pequeñas Infidelidades y Didi las cerraba con sus DJ sets en el horario de los sepultureros. Y aunque no llegarían a colaborar hasta años después, siempre se tuvieron ganas (musicales). Dice La Shica: “La primera vez que vi a Didi en el escenario supe que en algún momento acabaríamos trabajando juntos. En aquél entonces no busqué, ni provoqué un encuentro para charlar con él y hacerle una propuesta porque yo andaba metida en otras cosas y suponía que él también. En 2014 le invité a colaborar en un concierto  y desde ahí venimos trabajando juntos en proyectos puntuales, pero la verdad es que no tengo ni idea de cómo hemos llegado hasta aquí. Cuando quisimos darnos cuenta ya teníamos algunos ensayos encima y un par de temas compuestos, habíamos encontrado un lenguaje común, un trayecto para recorrer juntos. Sin buscarlo, habíamos encajado. ¡Milagro!”.

Canciones como "Luz", "Adela tiene un Cuchillo", "La Noche", o “Fondona", ejemplifican la unión entre lo Ibérico y lo Electrónico. Además de contener altas dosis de humor, pasión, baile, psicodelia y melancolía, por nombrar solo algunos de los ingredientes que configuran este cocktail explosivo.