Crónica del Aupa Lumbreiras en Mariskal Rock (18/07/2012) |
Por fin llegó decimoquinta edición del Aupa Lumbreiras, que este año se celebraba en un nuevo paraje, Villena, tierra alicantina, y estuvo marcado por el sol de justicia y el polvo que hubo que sufrir. El festival en sí tenía una buena organización para ser de tamaño medio, pero el lugar donde se encontraba,donde era difícil encontrar una sombra, hizo que fuera todo un acto de valentía ver los conciertos a ciertas horas. Había muchas zonas con servicios, así como 60 duchas en un área asfaltada junto a la acampada, cosa que hizo que fuera todo bastante más higiénico que de costumbre. En la carpa de la barra una fina lluvia de agua refrescaba a la gente, pero quizás sólo una barra se quedara un poco escasa para el festival. También muchos en las primeras filas agradecieron la manguera de agua que formó un necesario barrizal, cosa que mitigó en buena parte el polvo y el calor de muchos. Asistieron menos personas que en años anteriores, aun así las suficientes para ver un festival lleno de gente pero sin aglomeraciones. Pero pese a la dureza climatológica, los que sí que mostraron ser duros fueron los grupos, y por supuesto la gente que los apoyaba desde primera hora. La nota triste fue el fallecimiento de uno de los asistentes por parada cardiovascular.
En el aspecto musical no hay peros, la mayoría de los grupos, grandes y pequeños, dieron todo y más sobre los escenarios.
El pequeño lo inauguraron Alademoska, un grupo de ska de Villena, mientras que los grandes daban el pistoletazo de salida con Trashtucada, con bastante público y muy implicado desde el comienzo. Después Envidia Kotxina les relevaron con una propuesta algo más cañera.
Los Chikos del Maíz, siendo uno de los grupos que más se salía de la línea marcada por el festival con su hip hop, pudieron disfrutar de mucho apoyo por parte de la gente. Básico es un conjunto de rock clásico con bastante energía, con lo que no desentonaron del todo tampoco. Eskorzo volvían a traer el ska fusión con mucha energía.
En el escenario pequeño hallamos uno de los grandes descubrimientos del festival, Kambotes, un grupo de punk rock de toques folk, con saxo y gaita, venidos de Galicia. Se siguió con el ska de Betagarri para continuar con algo más contundente como son Segismundo Toxicómano, uno de los grandes clásicos de los festivales de este tipo que nunca fallan con su punk rock, al igual que ocurre con El Último Ke Zierre, muy bien acogidos por la gente a horas en que ya el sol comenzaba a castigar algo menos.
Otra de las sorpresas del festival fue La Pegatina, un grupo tan mestizo que a priori no encaja mucho en el cartel, pero que convirtió el Lumbreiras en una auténtica fiesta, con mucho coraje añadido. Durante toda la tarde en los escenarios grandes se habían sufrido algunos fallos de sonido y La Pegatina tuvo que parar su actuación unos minutos hasta que se solucionó el problema.
Spidikflotes fue el grupo punk con el que se transformó todo en locura transitoria, tanto encima del escenario, con un frontman que es todo un espectáculo, como abajo, porque el público exaltado tiró la valla de seguridad al suelo para acercarse y se tuvo que cortar el concierto hasta que todo volvió a su orden normal. Pero para maestro del punk tenemos a Evaristo con Gatillazo, que siempre es un autentico espectáculo, si pestañeas seguro que te pierdes algo; fue unos de los grandes triunfadores del primer día. Caskärrabias nos traen un rock callejero acompañado con violín, tienen buen gusto y además les acompañó Alberto Plá de Boikot en un tema. Después Sum 41, debido a que Pennywise se cayó del cartel por asuntos médicos. Fueron quienes acogieron un mayor número de público joven, pero también fueron los más blandos, musicalmente y sobre el escenario.
Boikot proporcionó uno de los grandes llenos de la noche, suelen triunfar en todos los festivales e hicieron el trabajo que fueron a hacer. La noche se tornaba más dura en otro escenario con A Palo Seko, auténtica caña burra, como dicen ellos que hacen. Cambiando un poco de aires, pero no por ello la dureza, teníamos a Narco, como siempre bastante fuertes en todos los aspectos.Sensa Yuma es un clásico del punk, con gran actitud para el directo, muy al grano con el público y con un líder hecho para el espectáculo. Terminamos con más punk rock a altas horas de la noche con Disidencia y Gérmenes. A los primeros los acompañaron Alberto Plá y Grass de Boikot, y fueron los otros quienes cerraron la primera jornada con muchísima energía para agotar las nuestras definitivamente antes de marchar a dormir.
El segundo día lo abrieron Chicharrica, como indica su propio nombre, mucha chicha, un grupo con solera en estos festivales.Gritando en Silencio empezó a atraer a primeras horas de la tarde a más gente, es un grupo de rock urbano que comienza a ganarse un buen número de seguidores y a crearse un nombre en este mundillo de conciertos y festivales.
Comenzaba el auténtico punk del día con Manolo Kabezabolo, que con el desparpajo habitual al que nos tiene acostumbrados, cumplió con su cometido, que no era otro que el de ofrecer un buen repertorio de sus clásicos temas. Algo más de punk rock nos traía Extracto de Lúpulo.
La nota heavy rockera en el festival eran los clásicos Leize, con menos público pero que hicieron una gran actuación, con muchas ganas. La tarde continuaba algo más dura con Non Servium, uno de los mejores de este segundo día, auténtica rabia y buena química con el público. Manifa, proviene del País Vasco y tiene influencia directa de La Polla, pero son muy buenos, unos de los grandes grupos descubiertos en el escenario pequeño, que por cierto estaba situado durante todo el día cara al sol, cosa que hacía las actuaciones muy duras para los artistas.
Habeas Corpus continuaba con el carril de los grupos más duros y dura fue su actuación, animando a su público pidiéndoles unos buenos “walls of death”. Para relajar la tarde un poco llegó Banda Jachís, y digo relajar respecto a sonido, porque la fiesta continuaba con muchas ganas gracias a ellos. Dakidarría era otro grupo de ska del que pudimos disfrutar en el festival.
Konsumo Respeto fueron probablemente el grupo que en el escenario pequeño más gente atrajo con su punk rock folk. M.C.D., con nuevo cantante, volvieron a tiempos mejores y disfrutaron mucho sobre el escenario.Obrint Pas se sintieron muy a gusto y muy arropados tocando en casa, y como suelen hacer lograron llevarse a la gente de calle con su ska típico valenciano, adornado con el característico sonido de la dulzaina. Silencio Absoluto también fueron unos de los grandes triunfadores en el escenario pequeño con un concierto que bordaron.
Poncho K suavizó mucho la tarde, se encontró con mucha gente disfrutando su concierto, pero fue momento de relajarse un poco. Mientras tanto en el menor de los tablados estaban Sublevados, auténtico y puro rock’n’roll, es lo único que se puede decir de ellos, basta con ello. Los veteranos del punk-rock inglés Anti-nowhere League no tuvieron tanta gente viéndoles como cabría de esperar, pero demostraron lo que es actitud sobre un escenario que se les queda pequeño. Probablemente la rabia oscura que desprende Soziedad Alkohólika fuera el cénit de asistentes de los dos días de festival. A la par tocaba Iratxo, muy cañero y más movido en directo que en disco, con muchas ganas de hacer un gran concierto.
La cosa se relajó con unos cuantos clásicos, para comenzar Rosendo, con un puñado de temas de ayer y de hoy que todo el mundo coreó de principio a fin. Se demostró que apostar por él es apostar por caballo ganador, nunca falla. Luego vino Barricada, para algunos falta El Drogas, otros no le echan de menos, mejor comprobarlo cada uno en un directo, y sí es cierto que el arrojo sobre las tablas es total por parte de la banda al completo.
Hiruko es otra de esas formaciones de punk rock acompañadas con metales que están intentando crecer con muy buenas intenciones. Porretas hicieron lo que mejor saben hacer: montar una verbena en la que todo el mundo cante las canciones como si fueran las fiestas del pueblo o estuvieras en el bar con los amigos.Proyecto Kostradamus dieron un concierto en el que ellos lo pasaron el grande. Ya casi para rematar la noche tocaban Lendakaris Muertos, que ofrecieron un espectáculo frenético en el cual no existió ningún momento para descansar, como suele ser habitual en sus conciertos pusieron a toda la gente y a ellos mismos patas arriba. Con Kante Pinréliko y su punk siniestro se acercaba el final de la noche. Pero quienes cerraron el festival fueron: en el escenario pequeño, Distorsión, que también atrajeron a mucha gente que aguantó hasta las cinco de la madrugada; y en los grandes lo hicieron Fuckop Family para terminar de extasiar a la gente después de dos maratonianas jornadas.
En definitiva, un gran festival tanto por parte del público como por parte de los grupos, que lo dieron todo sobre el escenario pese a los problemas. La gente demostró estar volcada con este festival y con sus grupos, esperemos que Aupa Lumbreiras siga caminando hacia delante, en Villena o donde sea.
Texto y fotos: Daniel Cruz